Tras anunciarse el hallazgo en 2013 de un exoplaneta a solo 4,3 años luz de distancia de la Tierra, se ha revivido la posibilidad de encontrar vida extraterrestre y extender la presencia de los seres humanos en el universo.
Un informe publicado en el portal del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) explica que el Próxima B se suma a una lista de más de 3.500 exoplanetas identificados por el hombre.
De hecho el primero de ellos, de acuerdo al especialista Alice Hazelton, fue descubierto hace unos 20 años. Lo que ocurre es que nunca antes había sido identificado un exoplaneta tan cerca a la Tierra.
A pesar de que la industria aeroespacial aún tiene ciertas limitantes en materia de tecnología, los investigadores plantean que sería posible llegar al Próxima B en los próximos años cuando se desarrollen las naves interestelares.
La ciencia ficción se queda corta frente a las pretensiones de los científicos, pues se ha discutido incluso que el Próxima B podría convertirse en el nuevo punto de expansión de la raza humana frente al deterioro ambiental del Planeta Tierra.
Precisamente, la organización Global Footprint Network informó que ya hemos consumido todos los recursos naturales de la Tierra para este año.
Además el Banco Mundial alertó que si se cumple el pronóstico de que la población mundial alcance los 9.600 millones de personas para el año 2050, se necesitarían cerca de 3 planetas Tierra para satisfacer la demanda de recursos.
Próxima B: Una nueva oportunidad
Los investigadores aseguran que este planeta se encuentra a 7 millones de kilómetros de la estrella Próxima Centauri, la cual tendría una intensidad lumínica menor a la del sol.
Además los científicos del Observatorio Espacial Austral (ESO, por sus siglas en inglés) explican que debido a sus condiciones y temperatura superficial estimada en 4°C, también habría la posibilidad de que se encontrara agua líquida.
Vale la pena mencionar que la geografía de este exoplaneta, cuya masa sería equivalente a 1,3 veces la del Planeta Tierra, sería rocoso y permitiría el asentamiento de comunidades.
Dadas estas características ha tomado fuerza en el ámbito académico la vieja premisa de impulsar una nueva ola de la industrialización con las llamadas fábricas en el espacio.
El experto en astrofísica y profesor emérito de la Universidad de Birmingham, Mike Cruise, aseguró en una reciente publicación difundida en WEF que se tiende a pensar que el espacio es el “patio de recreo de los científicos”.
Sin embargo, estima que en un futuro muy próximo la relación con el universo será cada vez más estrecha debido a los beneficios económicos que la raza humana obtendrá de él.
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El experto expresó que este enorme y futurístico desafío podría ser asumido con actividades industriales innovadoras de las llamadas fábricas en el espacio, las cuales incluso podrían aprovechar la cantidad mínima de gravedad.
Y es que la falta de gravedad, según explica el experto, permitiría el surgimiento de los llamados cristales de proteína, lo cuales son importantes en la lucha contra el cáncer.
A pesar de que “nuevos materiales pueden ser fabricados en gravedad cero para exhibir propiedades nuevas y útiles, según lo relata Mike Cruise, la industrialización en el espacio aún resulta ser insostenible.
La razón principal por la que las fábricas en el espacio no pasan de ser una ilusión es justamente por los elevados precios de transportar los materiales y el equipo necesario para llevar a cabo las tareas.
“De hecho, cualquier artículo procesado en el espacio resulta ser demasiado caro como para crear un negocio viable en la Tierra”, destaca Mike Cruise en un su informe publicado en WEF.
Pese a todos los pronósticos, un sector del ámbito científico aún defiende la hipótesis de que incluso los seres humanos podrían realizar minería en el espacio a gran escala como lo sueña la firma Deep Space Industries (DSI).
Esta compañía quiere convertirse en un referente en los negocios del futuro y por ello se ha propuesto colonizar el espacio para poner en marcha la minería de asteroides por medio de la utilización de sondas.
Esta sería una alternativa interesante si se tiene en cuenta que, según cifras publicadas por la National Geographic, en el universo hay unos 9.000 asteroides que están relativamente cerca al planeta Tierra y que además contienen valiosas propiedades.
La National Geographic estima que en los asteroides, empresas como DSI podrían hallar elementos como oro y platino, aunque en la exploración de este mercado futurista podrían toparse hasta con hierro o agua.
Por ahora el proyecto avanza a media marcha pues a pesar de la cercanía que tiene el exoplaneta Próxima B, aún está lejos de nuestro alcance. Sin embargo, el científico Stephen Hawking y el empresario Yuri Milner avanzan en el diseño de una moderna nave espacial que estaría propulsada por láser.
Alice Hazelton afirma en su documento que esta aeronave, que saldría a la luz en las próximas décadas, podría alcanzar el 20% de la velocidad de luz, con lo cual se demoraría unos 20 años en llegar a Próxima B. ¿Podremos los seres humanos comenzar una ‘nueva vida’ en otro territorio o tendremos que comenzar por generar el cambio en nuestro propio planeta?
Fuente: BBC Mundo / Revista DINERO
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